miércoles, 21 de noviembre de 2007

Elixir de la suerte 1


-¡Roble!...¡Robledo!.¿ Has visto por ahí mis crampones?, no los veo por ningún lado.
-No sé, yo no los veo, mira en el maletero otra vez.
Ziiiiippp... abro el maletero y en ese momento recuerdo, los veo comodamente apoyados, ¡ pero en el taller de Juan!. Robledo me va a matar, nos hemos levantado a las 5 de la madrugada y después de 2 horas de viaje descubro que olvidé mis flamantes crampones en el taller de un colega.
-Robledo escuchame, los crampones no están.
-¡ No me jodas!
-Lo siento tio, pero espera, creo recordar que Juan se iba a acercar a los Güertos del Diablu, voy a llamarlo. ¿Juan? oye tío tengo que pedirte un favor...
! GILIPOLLAS! es la ultima palabra que escucho antes de que tire los crampones en mi mano y salga acelerando a toda ostia con cara de pocos amigos, no tiene remedio, no soporta que vayamos a escalar esa vía y el no esté con nosotros, no le entiendo, si no está ha sido porque no ha querido. El preferiría que nos quedásemos en casa y no ver mancillado su honor ja,ja...en fin.
-¡ Roble no puede ser!, ¡mira eso!.
Roble llega resoplando a mi lado y contemplamos con desilusión una pared hermosísima, una vía preciosa infestada de gente. Juan tenia razón, soy gilipollas, por culpa de mi olvido se nos han metido delante tres cordadas y parece que hay otra mas con problemas que se está dando la vuelta.
-¿ Roble qué hacemos?...

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